En lo que se refiere a las
cuerdas, estas con el paso del tiempo y debido a
la tensión se van alineando molecularmente
haciéndolas perder su capacidad de pandeo u
oscilación, no permitiendo su afinación y
dándole paso a la perdida de sonoridad. Cuando
esto sucede, las fábricas de piano recomiendan
cambiar el cordal en su totalidad para que el
piano recupere su sonoridad original.
En este
proceso también se cambian las clavijas por
otras de mayor tamaño ya que con los años van
perdiendo su fuerza de agarre en el clavijero.
Primeramente se corta y se saca el cordal
original, luego se procede a retirar el arpa
para dorarla y así mejorar su aspecto estético.
Al quedar la caja armónica descubierta se
trabaja sobre las posibles rajaduras que puede
tener esta misma, luego se lija y se vuelve a
barnizar.
A continuación se vuelve a colocar el arpa ya
dorada, se le colocan los paños nuevos y el
nuevo cordal en acero alemán al que se le
realizaran las afinaciones necesarias hasta
estabilizar y reafirmar su sonido.
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